De lo que más sé en mi vida, es de hombres. Con solo observarlos y oír decir dos palabras entiendo su naturaleza y sé como entrarles. A veces el hombre es como la conga, repite una y otra vez ciertos pasos. Un paso adelante, un paso atrás, mucha conga pero no se va a ningún lado.Las relaciones son como la conga sin fin…para un lado, para el otro, y siempre se vuelve al mismo punto.Los hombres son previsibles y repetitivos, como la conga; y el amor es endeble, un poco de conga y todo se desarma.Pero la naturaleza humana, como la conga, puede encontrar variantes dentro de un mismo ritmo, y ahí, deja de ser previsible y aburrida.
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